Pese a que Wilstermann es el club que encabeza la nómina de jugadores expulsados con seis en total, entre ellos un reincidente, no es el plantel que más dinero que dejó en arcas de la Liga de Fútbol Profesional Boliviano, por el pago de amonestaciones y expulsiones.
Hasta la séptima fecha del torneo Clausura, Wilstermann tuvo que pagar a la Liga un total de 3.650 bolivianos por concepto de tarjetas amarillas y rojas, siendo Universitario el club que erogó más dinero hasta la fecha, con un total de 4.700 bolivianos, mientras que Oriente Petrolero el que menos gastos tuvo en este rubro, pues aportó 1.650 bolivianos.
De acuerdo a la convocatoria de los campeonatos 2010 en el capítulo IV “Régimen Económico” en el artículo 9 inciso a) señala que los clubes deberán pagar 100 bolivianos por la primera tarjeta amarilla, 150 por la segunda, 200 por la tercera, 250 por la cuarta y 300 bolivianos por la quinta, además de que el futbolista será automáticamente suspendid o por un partido al ver la amarilla por quinta vez. Es la misma escala de precios desde la sexta hasta la décima amonestación, empero, a partir de la undécima tarjeta amarilla, se deberá pagar 300 bolivianos por cada amonestación.
En ese entendido, Wilstermann después de la séptima fecha liguera tiene un total de 11 jugadores que vieron la tarjeta amarilla en una ocasión, cinco futbolistas son reincidentes, con dos, y tres fueron amonestados en la misma cantidad de oportunidades.
Un bajo número a consideración del número de amonestaciones que recibieron otros clubes.
Lo que elevó la cifra que el plantel “aviador” tuvo que pagar fueron las tarjetas rojas, por las que según el mismo artículo 9 inciso c), se debe pagar 200 bolivianos por cada una de ellas, aunque en este caso la convocatoria no especifica que exista ningún tipo de escala de costos por la reincidencia como en las amarillas, por lo que Wilstermann pagó 1.200 bolivianos, sólo por las seis expu lsiones. Universitario sumó tres expulsados, pero tiene a 15 jugadore s que vieron la amarilla en una oportunidad, 10 en dos, un trío de amonestados en tres ocasiones, y dos con cuatro. Es por esta situación que es el club que más dinero tuvo que pagar a la Liga. En cambio Oriente tiene un solo expulsado, 10 jugadores que fueron amonestados en una oportunidad y tan solo tres en dos oportunidades.
Cada club debe hacer el pago de su sanción económica por amonestación y expulsión antes del siguiente encuentro oficial, como señala el artículo 10 de la convocatoria, caso contrario se hacen pasibles a las sanciones dispuestas en el artículo 83 del Código Disciplinario de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), que señala que el Tribunal Superior de Disciplina Deportiva de esa entidad sancionará con la pérdida de tres puntos de la tabla del campeonato en disputa o por disputarse; en el caso de la reincidencia serán seis puntos, suponiendo que el club ponga resistencia a estas conminatoria de pago será sancionado con la pérdida de categoría.
El jugador que más tarjetas amarillas vio durante este torneo es Fabricio Brandao de Blooming, seis en total, siendo que recibió una amonestación en cada uno de los partidos en los que jugó, no recibió siete (porque son siete fechas disputadas) debido a que no jugó en la sexta jornada por acumulación de cinco tarjetas amarillas. Otro que va por el mismo camino es su compañero Wilder Zabala, quien fue amonestado en cinco oportunidades en siete encuentros.
Hasta la séptima fecha del torneo Clausura, Wilstermann tuvo que pagar a la Liga un total de 3.650 bolivianos por concepto de tarjetas amarillas y rojas, siendo Universitario el club que erogó más dinero hasta la fecha, con un total de 4.700 bolivianos, mientras que Oriente Petrolero el que menos gastos tuvo en este rubro, pues aportó 1.650 bolivianos.
De acuerdo a la convocatoria de los campeonatos 2010 en el capítulo IV “Régimen Económico” en el artículo 9 inciso a) señala que los clubes deberán pagar 100 bolivianos por la primera tarjeta amarilla, 150 por la segunda, 200 por la tercera, 250 por la cuarta y 300 bolivianos por la quinta, además de que el futbolista será automáticamente suspendid o por un partido al ver la amarilla por quinta vez. Es la misma escala de precios desde la sexta hasta la décima amonestación, empero, a partir de la undécima tarjeta amarilla, se deberá pagar 300 bolivianos por cada amonestación.
En ese entendido, Wilstermann después de la séptima fecha liguera tiene un total de 11 jugadores que vieron la tarjeta amarilla en una ocasión, cinco futbolistas son reincidentes, con dos, y tres fueron amonestados en la misma cantidad de oportunidades.
Un bajo número a consideración del número de amonestaciones que recibieron otros clubes.
Lo que elevó la cifra que el plantel “aviador” tuvo que pagar fueron las tarjetas rojas, por las que según el mismo artículo 9 inciso c), se debe pagar 200 bolivianos por cada una de ellas, aunque en este caso la convocatoria no especifica que exista ningún tipo de escala de costos por la reincidencia como en las amarillas, por lo que Wilstermann pagó 1.200 bolivianos, sólo por las seis expu lsiones. Universitario sumó tres expulsados, pero tiene a 15 jugadore s que vieron la amarilla en una oportunidad, 10 en dos, un trío de amonestados en tres ocasiones, y dos con cuatro. Es por esta situación que es el club que más dinero tuvo que pagar a la Liga. En cambio Oriente tiene un solo expulsado, 10 jugadores que fueron amonestados en una oportunidad y tan solo tres en dos oportunidades.
Cada club debe hacer el pago de su sanción económica por amonestación y expulsión antes del siguiente encuentro oficial, como señala el artículo 10 de la convocatoria, caso contrario se hacen pasibles a las sanciones dispuestas en el artículo 83 del Código Disciplinario de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), que señala que el Tribunal Superior de Disciplina Deportiva de esa entidad sancionará con la pérdida de tres puntos de la tabla del campeonato en disputa o por disputarse; en el caso de la reincidencia serán seis puntos, suponiendo que el club ponga resistencia a estas conminatoria de pago será sancionado con la pérdida de categoría.
El jugador que más tarjetas amarillas vio durante este torneo es Fabricio Brandao de Blooming, seis en total, siendo que recibió una amonestación en cada uno de los partidos en los que jugó, no recibió siete (porque son siete fechas disputadas) debido a que no jugó en la sexta jornada por acumulación de cinco tarjetas amarillas. Otro que va por el mismo camino es su compañero Wilder Zabala, quien fue amonestado en cinco oportunidades en siete encuentros.
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