Pocos, pero bravos, Aurora hizo vibrar el Capriles

lunes, 24 de mayo de 2010

Como en casi todos los clásicos cochabambinos, la fanaticada aurorista es la menos numerosa, contrariamente a la cuantiosa fanaticada que tienen los wilstermanistas, empero, los celestes hicieron estremecer las gradas del Capriles con el inagotable apoyo al equipo de sus amores.
El buen recibimiento que la “Pesada Celeste” dio a su equipo iba a ser retribuido muy temprano con el gol de Jair Reinoso a tres minutos de iniciado el encuentro.
El gol fue coreado con tanta fuerza que parecía que todo el estadio estaba copado de “celestes”, dejando totalmente callados a los “rojos” que aún no digerían el tanto del habilidoso atacante colombiano.
En las tribunas de general y preferencia se escuchó: “Aurora, Aurora, Aurora”, a lo que las barras organizadas de Wilstermann respondieron con sus típicos cánticos.
Pero la hinchada de Aurora tuvo que reprimirse una y otra vez ante la posibilidad de cantar otro gol, mientras que los “rojos” ahogaron sus gritos de desesperación e impotencia cuando vieron como los “celestes” estuvieron a punto de convertir el segundo gol. Pese a ello, la barra de Wilstermann no renunció en el aliento a su equipo hasta el final del encuentro.
El propio Reinoso, Huayahuata y Gomes dejaron a los parciales del “Equipo del Pueblo” con las ganas de gritar, no solo uno, sino varios goles durante el desarrollo del antagonismo, porque los “celestes” tuvieron todo para conseguir una goleada que, a la postre, habría sido histórica en los 125 enfrentamientos que acumularon los dos equipos hasta la fecha. Pese a ello, el “dale Jair” se hizo sentir en las gradas de la tribuna de popular.
Los “rojos”, en cambio, sólo pronunciaron un “Uuuuuuuuu” cuando su equipo se acercó al arco de Silvio Dulcich con las jugadas elaboradas por Amílcar Sánchez, Maximiliano Andrada y luego Edgar Olivares en su inten ción de equilibrar el marcador, objetivo que no se materializó.
Si n embargo, en la expiración de la contienda, los hinchas del cuadro “Aviador” quedaron mudos cuando el árbitro Alejandro Mancilla determinó expulsar a Daniel Vaca y cobrar un penal a favor de Aurora; no creían lo que pasaba. Cuando ya vieron que Vaca le entregó los guantes a Nicolás Raimondi para que lo sustituya en la custodia del arco, se les erizaron los pelos, mucho más cuando los auroristas cantaron anticipadamente el segundo gol que, segundos después, fue convertido por el otro colombiano, Arnulfo Valentierra.

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